El procesamiento de la música
ayuda a activar los dos hemisferios del cerebro. Ambos hemisferios desempeñan
misiones distintas, aunque susceptibles de ser puestas simultáneamente en
marcha con la realización de algunas actividades, como las musicales, cuya
ejecución activa las funciones del hemisferio derecho (ligado por lo general a
la emoción, la capacidad artístico-musical y espacial) y del hemisferio
izquierdo (relacionado con el lenguaje y las operaciones lógicas).
La música influye sobre el
individuo a 2 niveles primarios diferentes: la movilización y la
musicalización. La música es energía y por tanto moviliza a los seres humanos a
partir de su nacimiento y aún desde la etapa prenatal. A través de la escucha o
la creación, la música imprime una energía de carácter global que circula
libremente en el interior de la persona para proyectarse después a través de
las múltiples vías de expresión disponibles.
Realizar
actividades a través de la música es muy importante en Educación Infantil, ya que trabajamos muchos contenidos del currículum de esta etapa. Por lo que podemos decir que con la música desarrollamos la personalidad
del niño/a en sus tres ámbitos: Física, Intelectual, y afectiva.
Unir la música al aspecto físico del niño posibilita y
favorece la motricidad, la coordinación y todas las funciones físicas en un
contexto de relación interpersonal, pudiéndose potenciar aspectos que se
trabajan en otras disciplinas como la fisioterapia, pero bajo el prisma ameno y
lúdico propio de la música y los instrumentos musicales. De igual manera, en el
ámbito educativo, ayuda a la formación y desarrollo personal de los alumnos con
dificultades de aprendizaje, discapacidad psíquica y problemas de conducta
(hiperactividad, dislexia, síndrome de down, autismo, adolescentes
conflictivos, etc.)
Esta comprobado que con la música los niños/as descubren
las grandes posibilidades de movimientos y el sonido en su propio cuerpo; así
conocen que pueden utilizar su cuerpo como instrumento musical. Gracias a ésta
el niño/a va a ir tomando poco a poco conciencia de su esquema corporal y como
hemos dicho antes va a ir formándose una imagen más ajustada de si mismo.
A su vez, podemos decir que las canciones permiten a los
niños desarrollar sus capacidades motoras, además de poder realizar muchísimas
actividades con el cuerpo , como caminar, saltar, girar.., podemos trabajar
también con éstas la lateralidad, y la percepción del espacio.
La música y la psicomotricidad deben ir de la mano la una con la otra en todo momento.
A continuación se presenta un vídeo que puede servir para trabajar el esquema corporal con los niños/as a la vez que estos realizan ejercicio físico acompañado de música:
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